Banco Central mantiene su tasa de política monetaria en 3.00 % anual

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Santo Domingo, República Dominicana. En su reunión de política monetaria del mes de febrero de 2021, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.00 % anual. De este modo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 3.50 % anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) en 2.50 % anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto del COVID-19 sobre la actividad económica y la evolución futura de la inflación. En particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) en enero fue de 0.97 %, mientras que la inflación interanual asociada a la serie analítica de la nueva base referencial (octubre 2019- septiembre 2020), que es la más relevante para las decisiones de política monetaria, se ubicó en 5.35 % en enero de 2021. Asimismo, la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta básica, alcanzó 4.93 % al cierre de enero de 2021.

La dinámica reciente de la inflación ha estado influenciada por choques de costos que han afectado la producción local de alimentos, como resultado del impacto rezagado de fenómenos climáticos, además de incrementos de los precios de insumos importados alimenticios, como el trigo, el maíz, la soya y el sorgo, así como mayores precios internacionales del petróleo.

Es importante señalar que, debido a estos factores exógenos, el sistema de pronósticos del BCRD indica que la inflación se ubicaría de forma transitoria por encima del límite superior de la meta durante los próximos meses, para luego converger de forma paulatina al rango de 4.0 % ± 1.0 % durante la segunda mitad del año. Estas proyecciones de inflación, las expectativas de los agentes económicos ancladas a la meta y la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, otorgan el espacio para que el Banco Central mantenga condiciones monetarias favorables con el propósito de continuar apoyando la reactivación económica.

En el entorno internacional, a pesar del complejo panorama asociado al COVID-19, se han logrado avances importantes en los procesos de vacunación de múltiples países, contribuyendo a perspectivas de crecimiento mundial más positivas. En ese sentido, Consensus Forecasts (CFC) revisó al alza los pronósticos de crecimiento global para 2021 hasta 5.0%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta una expansión mundial de 5.5% para este año.

En Estados Unidos de América (EUA), nuestro principal socio comercial, continúa la recuperación al registrarse una variación interanual de -2.4 % en el cuarto trimestre de 2020, un avance sostenido desde la contracción de -9.0 % y de -2.8 % del segundo y tercer trimestre del año, respectivamente. En tanto, las perspectivas para 2021 son cada vez más optimistas, apuntando a un crecimiento en EUA de 4.7 % según Consensus. La Reserva Federal prevé

que mantendría la tasa de fondos federales en el rango de 0.0 % y 0.25 % anual hasta el 2022, a la vez que continuaría con programas de flexibilización cuantitativa para incentivar el crédito. Adicionalmente, la administración del presidente Joseph Biden ha propuesto un nuevo plan de alivio económico por US$1.9 billones, que contribuiría a una recuperación más rápida de la economía estadounidense.

En cuanto a la Zona Euro, la pandemia provocó un mayor deterioro en este bloque de países con una disminución de -6.8 % en 2020, mientras que para 2021 se espera una expansión de 4.4 %. Frente a esta coyuntura, el Banco Central Europeo mantiene la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight) en -0.50 % anual, mientras implementa un amplio programa de provisión de liquidez a través de la compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario, así como operaciones de refinanciamiento de largo plazo.

En América Latina, se estima que la economía regional se contrajo en -7.0 % durante 2020, influenciada por la ralentización en los flujos comerciales y de turismo, así como por el impacto de varias tormentas en la región de Centroamérica. Para 2021, las previsiones de Consensus Forecasts apuntan a una expansión de 4.2 % para la región latinoamericana. En este contexto, los bancos centrales mantienen bajas sus tasas de política monetaria y continúan implementando paquetes significativos de provisión de liquidez y de financiamiento al sector privado.

En relación a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se situó en torno a US$59 dólares el barril en promedio durante febrero, sosteniendo la tendencia al alza asociada a una mayor demanda por el repunte previsto de la economía mundial y a los efectos de las tormentas invernales en varios estados productores de petróleo de EUA. Asimismo, se han registrado incrementos significativos en los precios internacionales de los alimentos, influenciados por una mayor demanda de grandes consumidores como China y una baja producción en EUA y varios países de Suramérica. Por otro lado, el precio del oro se mantiene elevado, promediando en febrero US$ 1,800 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre, lo que beneficia a la República Dominicana a través del incremento de las exportaciones de este metal.

En el entorno doméstico, la evolución del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) señala que se continúa afianzando el proceso de reactivación. En efecto, cifras preliminares del IMAE registran una variación de -1.0 % interanual en el mes de diciembre, una mejoría significativa con respecto a la caída observada en abril (-29.8 %), el punto más crítico de la crisis. De esta forma, el crecimiento promedio durante el año 2020 se ubicó en -6.7 %, proyectándose que para 2021 se aceleraría el ritmo de recuperación con una expansión que podría ubicarse en torno a 5.5 % – 6.0 %, de acuerdo a los modelos de pronósticos. El repunte previsto de la economía dominicana estaría apoyado en mejores perspectivas de la actividad mundial, junto al esfuerzo coordinado de las políticas monetaria y fiscal para dinamizar la demanda interna e impulsar la recuperación de los sectores productivos.

En efecto, el Banco Central ha implementado un programa de estímulo monetario a través de la reducción en 150 puntos básicos en la tasa de política monetaria desde marzo y medidas para incentivar el crédito al sector privado. En particular, se han dispuesto medidas de provisión de liquidez en moneda nacional por unos RD$ 190 mil millones (más del 4 % del producto interno bruto -PIB) para fomentar el financiamiento y las reestructuraciones de deuda de los hogares y

los sectores productivos en condiciones favorables, habiéndose otorgado a través de los intermediarios financieros unos 75 mil préstamos a través de estas facilidades.

Como resultado de las medidas monetarias, se ha registrado una reducción de más de 300 puntos en la tasa de interés activa promedio ponderado de los bancos múltiples, que se ubica en febrero 2021 en 9.9 %, manteniendo niveles históricamente bajos en los últimos meses. Asimismo, siguiendo la metodología del Manual de Estadísticas Monetarias y Financieras del FMI, los préstamos privados en moneda nacional se expanden en torno a 8 % interanual al cierre de febrero, continuando como una de las tasas de crecimiento más altas de la región. Se destaca que, el sistema financiero dominicano continúa presentando un buen desempeño, reflejado en indicadores de alta solvencia, rentabilidad y bajos niveles de morosidad.

Por otro lado, en los primeros meses del 2021 se mantiene la tendencia positiva en las recaudaciones tributarias, a la vez que la política fiscal ha complementado el plan de estímulo monetario con un paquete de medidas para relanzar la economía. En particular, el Gobierno ha puesto en marcha distintos planes de apoyo a los sectores productivos, tales como el turismo, la agricultura, la industria y las exportaciones, además del inicio de importantes proyectos de infraestructura, de construcción de viviendas y otros proyectos estratégicos que se estarán ejecutando a través de las Alianzas Público-Privadas. Este incremento esperado en el gasto de capital y la firma del pacto eléctrico deberán contribuir a una mayor inversión e incidirán positivamente en las expectativas, facilitando una recuperación más rápida de la actividad económica en los próximos trimestres.

En el sector externo, se destaca la mejoría progresiva que se ha observado recientemente en el flujo de divisas, asociada al alto dinamismo de las remesas familiares que crecieron 35.1 % en enero 2021 (alcanzando unos US$792.8 millones durante ese mes) y a la recuperación de las exportaciones. Es importante resaltar que el déficit de cuenta corriente cerró el año 2020 en torno a -1.8 % del PIB y se prevé que se ubique en el rango de -1.0 % y -1.5 % del PIB durante 2021, el cual sería más que cubierto por la Inversión Extranjera Directa esperada para este año. Durante 2021, las actividades del sector externo se verán beneficiadas por el repunte previsto de la economía de EUA y por la ampliación de las medidas de estímulo fiscal en ese país.

Los niveles de reservas internacionales se mantienen elevados, equivalentes a una cobertura de aproximadamente 15.0 % del PIB y unos 7 meses de importaciones, superiores a las métricas recomendadas internacionalmente. Esta posición fuerte de reservas y la mejoría en el flujo de divisas han contribuido a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio, reflejada en una ausencia de presiones en el mercado cambiario durante los meses recientes y en la moderación en el ritmo de depreciación interanual del tipo de cambio de referencia, que se ubica al cierre de febrero en 7.8 %.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos. En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del COVID-19 sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan poner en riesgo el objetivo de inflación y afectar la estabilidad macroeconómica.

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