Por Eridania Recio
Mucho se habla de los avances y desarrollo de nuestro país en materia de economía, salud, educación y etc., pero analizando en lo que concierne al sistema de área salud, nuestro país en vez de avance ha tenido un retroceso desde el punto de vista de las atenciones que los dominicanos y dominicanas debemos recibir, en ese sentido hemos sufrido un cambio significativo en contra sobre todo de los más necesitados.
Un ejemplo de una pareja que tuvo un accidente automovilístico, donde la mujer recibió los mayores golpes pero cuando llegan al hospital donde los lleva el 911, resulta que el tenia seguro pero ella no, y que a pesar de que la que estaba mal era ella no la atendieron mientras a él le brindaron todas las atenciones, y este es solo uno de los caso entre tantos que surgen a diario y que sabemos que muchas personas incluso famosos han perdido la vida por no recibir los primeros auxilios.
A veces no sabemos si el avance o desarrollo trae consigo la injusticia y la calamidad de muchos, y eso es lo que hemos visto en la nueva ley de seguridad social de los dominicanos, tanto así que aun cuando estamos asegurados tenemos que pagar entre mi y dos mil pesos de diferencia en las consultas, lo que anteriormente era cien y doscientos pesos, mientras que los precios de los medicamentos se han disparado de una manera que la gran mayoría de la población les resulta inalcanzable.
Por otro lado tenemos hospitales disfuncionales, con servicios precarios, con camas deterioradas, entre otras calamidades, sin contar que los médicos hacen lo que les da la gana, si no le paga el seguro lo que quieren, prefieren no coger carnet a nadie, tal es el caso de los otorrinolaringólogos que ningunos trabajan con seguros.
En conclusión, nuestro sistema de salud es una especie de cementerio de hombres vivos, que cada día acaba con la esperanza de los que menos pueden.
