Por: Puly Gómez
Lo que está sucediendo en el municipio de Imbert es algo asqueante, aberrante y algo fuera de toda lógica en materia política, donde el debate ha descendido de la forma más ruin y perversa dando paso a los insultos y obviando los argumentos.
No me explico cómo se cambian de un bando a otro con tanta facilidad, sin ningún rubor hacen ejercicio de la traición; ahí no hay otra ideología que el » dame lo mío «. Parece ser que un «cargo» le obnubila la mente, y de paso arrastra la dignidad que se supone debe ser un estandarte en las personas, no importa su estatus social.
Si algunos de nuestros «líderes » son desleales y hacen lo posible por alejarse de la ética, pues lo más lógico, es que sus «seguidores» lo imiten. Solo así se explica está maldición donde abundan los dimes y diretes entre hermanos y compueblanos. Le recuerdo que la política es una ciencia pura, y no el estiércol que observo en mi adorado pueblo.
Pienso, que quienes se dedican a este oficio deben dedicar un poco de tiempo a la lectura, esto le ayudaría mucho en los «debates » al igual que a sus «seguidores», y de paso a quienes observamos de lejos.
En las pasadas primarias se compraron y se vendieron muchas » personas «, así mismo, como reses. ¿Eso es ético? Claro que no. Es una práctica vulgar entre el comprador y quién se vende. Qué pena. Cuando hablo del vulgar Mercado Persa no hago excepción de grupo.
Seguimos con los mismos actores, las promesas de siempre, el eterno engaño y nosotros como tontos útiles repitiendo consignas como papagayos. Nuestros políticos, por lo general se preocupan primero por ellos mismos, su familia y sus amiguitos, que por implementar políticas de desarrollo colectivo.
Penosamente, entre tránsfugas, abyectos, lacayos y serviles así anda nuestro pueblo en materia política. Cada uno quiere llegar y la vida sigue… Siguen sin pensar en el bienestar común. ¿Me pasé?