– Se prevé una recuperación a nivel global, proyectándose un crecimiento de la economía mundial de 4.0% en 2021, con expansiones de 3.5% en Estados Unidos de América y de 3.6% en la Zona Euro, así como de 3.7% en América Latina.
– La economía dominicana registraría un crecimiento interanual en torno a 6.0% en el presente año, en un contexto de estabilidad de precios y fuertes fundamentos macroeconómicos.
– Se proyecta un déficit de la cuenta corriente entre -1.5% y -2.0% del PIB en este año 2021, asociado a un entorno internacional más favorable en la medida en que se vaya superando la crisis sanitaria.
– La Inversión Extranjera Directa superaría los US$2,700 millones en 2021, por encima de su promedio histórico y las remesas ascenderían a US$8,500 millones este año.
– Las Reservas Internacionales cerraron 2020 en un máximo histórico de US$10,750 millones, equivalentes a 13.7% del PIB, que continuarán fortaleciéndose a medida que avance la recuperación gradual del turismo.
Santo Domingo, República Dominicana. El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), con el interés de mantener debidamente informados a los agentes económicos y a la opinión pública en general, comparte algunas apreciaciones sobre el contexto internacional, las perspectivas de recuperación de la economía dominicana y los principales retos que se vislumbran para el año 2021.
El desempeño económico mundial durante el año 2020 estuvo afectado significativamente por la rápida propagación del virus del COVID-19, que dio como resultado la declaración de pandemia a nivel internacional y la adopción de fuertes medidas de confinamiento con el objetivo de limitar el contagio. La crisis sanitaria provocó el cierre de las actividades productivas y la paralización de los flujos comerciales y turísticos, rápidamente transformándose en la más profunda recesión global desde la Segunda Guerra Mundial hace más de 70 años, estimándose una caída de -4.3% en 2020, según el Banco Mundial.
No obstante este complejo panorama, las informaciones más recientes señalan una mejoría en la actividad económica mundial durante los últimos meses, así como una mayor certidumbre ante el inicio de los programas de vacunación en múltiples países y la implementación de estímulos monetarios y fiscales a una escala sin precedentes. En efecto, las perspectivas apuntan a una rápida recuperación de la economía mundial proyectándose una expansión de 4.0% en 2021, lo que implicaría una recesión de menor duración que otros episodios de contracción global que tuvieron efectos por plazos más largos como la Crisis Financiera Internacional de 2008-2009, la Segunda Guerra Mundial 1945-1946 y la Gran Depresión 1929-1932.
Tomando como referencia este escenario de recuperación esperado para 2021, se presenta en este documento una evaluación del comportamiento reciente y las perspectivas de las principales economías del mundo, para examinar el contexto en que se desenvolvería la economía dominicana en 2021, evaluando los pronósticos de las principales variables macroeconómicas y los desafíos aún pendientes. En resumen, el documento muestra que, en este entorno internacional que se vislumbra más favorable, la economía dominicana recuperaría los niveles de crecimiento alcanzados durante los años previos a la crisis sanitaria, pudiendo aprovechar la fortaleza de sus fundamentos macroeconómicos para emprender un nuevo camino hacia el desarrollo.
Contexto internacional 2021: Hacia un entorno de recuperación
La última información disponible muestra que la principal economía del mundo, Estados Unidos de América (EUA), se estaría recuperando más rápidamente que lo previsto, producto de un amplio programa de provisión de liquidez por parte de la Reserva Federal y de medidas de estímulo fiscal a través de transferencias sociales y facilidades de apoyo a los sectores productivos, especialmente a las MIPYMES.
En ese último punto, cabe destacar que se ha aprobado la segunda fase del plan fiscal expansivo por unos US$900 mil millones y recientemente el presidente electo Joseph Biden anunció un paquete de estímulo económico adicional por US$1.9 billones para combatir la pandemia. Las nuevas medidas fiscales, junto al programa expansivo de la Reserva Federal vigente desde inicio de la pandemia, permitirían una recuperación de la economía estadounidense, proyectándose un crecimiento de 3.6% durante 2021, según el Banco Mundial.
En el caso de la Zona Euro (ZE), el Banco Mundial prevé un crecimiento en 2021 en torno a 3.6%, una significativa mejoría luego de la contracción de -7.4% del pasado año. Esta proyección indicaría que la ZE estaría superando el impacto económico que tuvo en este bloque de países las nuevas medidas de confinamiento adoptadas para enfrentar una segunda ola de contagios. Al igual que en el caso de la Reserva Federal, desde el inicio de la pandemia el Banco Central Europeo ha implementado una política monetaria expansiva que incluye bajas tasas de interés, un amplio programa de provisión de liquidez a través de la compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario, así como operaciones de refinanciamiento de largo plazo incentivando el flujo de crédito a los hogares y empresas en condiciones favorables.
Para las economías emergentes, el Banco Mundial proyecta un crecimiento de 5.0%, impulsado por el dinamismo económico de países como China (7.9%) e India (5.4%), que
juntos conforman un 35% de la población y un 25% de la producción a nivel global. El comportamiento de estas importantes economías emergentes es una buena noticia si se tiene en cuenta que la pandemia del coronavirus se inició en la provincia china de Wuhan y ha tenido en la India el segundo país con mayor número de casos superando los 10 millones de contagios.
En cuanto a América Latina, se vislumbra que la región crecería 3.7%, influenciada por términos de intercambios más favorables, por la normalización de su comercio internacional y por una mejoría paulatina de la actividad turística. Según el Banco Mundial, los países latinoamericanos que registrarían mayor crecimiento en 2021 serían Perú (7.6%), Panamá (5.1%), Colombia (4.9%), Argentina (4.9%) y República Dominicana (4.8%). Sin embargo, en el caso de la República Dominicana los modelos de pronósticos del Banco Central indican que la economía crecería en torno al 6.0%, tasa superior a su ritmo potencial.
La economía dominicana en el 2021: Retos y perspectivas.
Un informe reciente publicado por el BCRD muestra que se ha afianzado el proceso de recuperación gradual de la economía dominicana desde que viviera su momento más crítico en abril del pasado año. Luego de una caída interanual durante ese mes de -29.8%, la disminución de la actividad productiva se ha moderado hasta el punto de que en noviembre pasado apenas alcanzó -3.4% y se proyecta que en diciembre se sitúe en torno a -1.5%. Con este comportamiento, la economía dominicana cerraría el año 2020 con una caída interanual en torno a -6.7%, por debajo del promedio de América Latina.
La tendencia exhibida por la economía dominicana en los últimos meses ha sido el resultado de un conjunto de medidas expansivas de corte monetario y fiscal orientadas a combatir los efectos de la pandemia. En efecto, a partir de marzo 2020, el BCRD y la Junta Monetaria han dispuesto el plan de estímulo monetario más amplio de Centroamérica y el Caribe, que incluye la reducción de 150 puntos básicos de la tasa de política monetaria hasta ubicarla en su mínimo histórico de 3.00% anual, facilidades de provisión de liquidez en moneda nacional y extranjera y medidas regulatorias temporales.
De forma particular, las medidas de liquidez en moneda nacional ascienden a unos RD$190 mil millones, equivalente a más del 4.0% del PIB, con el objetivo de propiciar que las entidades de intermediación financiera canalicen un mayor financiamiento a los sectores productivos y los hogares, así como incentivar las reestructuraciones y refinanciamientos de deuda, a bajas tasas de interés y plazos favorables. A la fecha, de las distintas facilidades dispuestas por el banco central, las entidades financieras han desembolsado más de RD$165 mil millones, por medio de unos 68 mil préstamos a empresas y hogares a través de las entidades de intermediación financiera.
Estas medidas han contribuido a una reducción significativa en más de 300 puntos básicos de las tasas de interés de la banca múltiple y a una expansión en torno a 9.0% del crédito privado en moneda nacional al cierre de 2020, una de las tasas de crecimiento más altas de América Latina, esperándose que se mantengan favorables las condiciones monetarias durante 2021 sirviendo de apoyo para la recuperación de la actividad económica.
Las condiciones vigentes de provisión de liquidez y menores tasas de interés, junto a las medidas de tratamiento regulatorio especial han contribuido a mitigar el impacto de la pandemia preservando la estabilidad del sistema financiero en un entorno de crisis. En
ese sentido, informaciones preliminares indican que al cierre de 2020 el coeficiente de morosidad de las entidades de intermediación financiera se mantiene bajo en 1.94%, mientras que el indicador de rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) se ubicó en 15.3% y la Rentabilidad sobre los activos (ROA) en 1.74%.
De forma complementaria, para enfrentar la pandemia, la política fiscal ha incrementado el gasto en los sectores salud y educación, así como la implementación de programas sociales con el objetivo de mitigar el impacto sobre los empleos y los ingresos de los sectores más vulnerables. El gobierno del presidente Luis Abinader ha puesto en marcha múltiples programas de apoyo a los sectores productivos, tales como el turismo, la agricultura, la industria y las exportaciones, además del inicio de importantes proyectos de infraestructura y otros proyectos estratégicos que se estarán ejecutando a través de las Alianzas Público-Privadas, factores que contribuirán a mantener la senda de recuperación de la actividad económica en el transcurso de los próximos trimestres.
La acción coordinada de las política monetaria y fiscal y su apoyo continuo a la demanda interna, junto al restablecimiento progresivo de la actividad económica en los sectores productivos y la eventual implementación en el país del programa de vacunación contra el COVID-19, contribuirán a que la economía dominicana pueda alcanzar un crecimiento en torno al 6.0% durante el presente año, superior a su ritmo potencial, en un contexto de estabilidad de precios y de fuertes fundamentos macroeconómicos.
La recuperación dominicana y los fundamentos macroeconómicos
Como ha ocurrido en ocasiones anteriores, la economía dominicana ha mostrado una gran capacidad de recuperarse rápidamente de las recesiones que le han afectado, apoyada en sus fuertes fundamentos macroeconómicos. La tendencia que ha mostrado el producto en los últimos meses, junto a las previsiones del sistema de pronóstico del BCRD, permiten vislumbrar un nuevo episodio de resiliencia ya que el crecimiento dominicano podría ubicarse en terreno positivo hacia el cierre del primer trimestre del presente año.
Es importante destacar que las reservas internacionales alcanzaron un máximo histórico al cierre de 2020, al situarse por encima de los US$10,750 millones, un 13.7% del PIB equivalente a una cobertura de 7.3 meses de las importaciones. El fortalecimiento de las reservas ha sido un paso fundamental para mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio y se ha logrado en un momento en que el BCRD tuvo que participar activamente en el mercado cambiario a través de su plataforma electrónica de divisas, para suplir el descalce generado por la menor oferta de dólares provenientes del turismo como consecuencia del COVID-19.
En referencia a la estabilidad de precios, la inflación interanual convergería al valor central del rango meta del Programa Monetario de 4.0% ± 1.0% en el segundo semestre del año, luego de ubicarse en 5.55% el pasado año como resultado del choque transitorio producido por la pandemia y del impacto en los precios de fenómenos climatológicos. De hecho, en un informe reciente, el BCRD informó que el indicador de inflación asociado a la nueva base referencial se ubicó al cierre del año en 4.63%, tasa que estaría dentro del rango objetivo de la institución monetaria. Estas proyecciones de inflación, junto a expectativas ancladas a la meta otorgan nuevos espacios al Banco Central para continuar contribuyendo al restablecimiento de actividad económica.
Mas allá de la estabilidad de precios, los fundamentos macroeconómicos dominicanos se observan en el comportamiento del sector externo que cerraría el año 2020 con un déficit de cuenta corriente en torno al 2.0% del PIB y se prevé que para el cierre de 2021 se ubicaría entre -1.5% y -2.0% del PIB. Esta mejoría en las cuentas externas proviene del potencial incremento de la demanda de bienes producidos por el sector exportador, a la vez que se prevé una normalización gradual de los flujos turísticos conforme avancen los planes de vacunación a nivel mundial.
Adicionalmente, la ampliación en los Estados Unidos de los paquetes de estímulo fiscal por la nueva administración podría contribuir a acelerar el dinamismo económico de ese país, brindando un impulso adicional a las remesas, las cuales crecieron el pasado año un 16.0%, alcanzando US$8,219 millones, su nivel histórico más alto. Se espera que para 2021 las remesas continuarían con la tendencia alcista que han exhibido, cerrando el año en unos US$8,500 millones. En cuanto a la inversión extranjera directa (IED), se proyecta un mayor flujo de recursos para el presente año, alcanzando unos US$2,700 millones, cifra superior a los US$2,554 millones registrados al cierre de 2020.
Otro punto a destacar es que, a pesar de la caída en las recaudaciones y el incremento en el gasto público social que implicó la crisis sanitaria, las cuentas fiscales se recuperarían rápidamente en el presente año. Cifras preliminares del Ministerio de Hacienda muestran que el año 2020 cerraría con un déficit fiscal para el gobierno central en torno a 7.7% del PIB, por debajo de lo que se había previsto en el segundo presupuesto complementario. Para 2021, el Presupuesto General de la Nación apunta a un déficit fiscal en torno a 3.0% del PIB, retornando al promedio histórico y creando las condiciones para que el país pueda volver a generar superávits primarios, condición necesaria para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública.
Es importante señalar que, como la mayoría de los países del mundo afectados por la pandemia, el gobierno dominicano siguió las recomendaciones de organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la CEPAL, entre otros, de incrementar su gasto público y dirigirlo a la protección de su población más vulnerable y a preservar la mayor cantidad de empleos. Esta decisión, conjuntamente con una disminución de las recaudaciones producto de la ralentización económica, aumentó la deuda del sector público consolidado que, al cierre del año, se situó en 68% del PIB. Cabe destacar que, si se excluyen los pasivos en moneda local, la deuda en moneda extranjera representa aproximadamente un 38.0% del PIB.
No obstante, se debe aclarar que una gran parte del incremento de la relación Deuda/PIB tiene que ver con la disminución del producto interno bruto nominal en dólares que pasó de US$89 mil millones en 2019 a unos US$78,700 millones en 2020, una caída de más de US$10 mil millones producto de la crisis del COVID-19. Para que se tenga una idea del impacto de esta caída en la relación Deuda/PIB, si el producto hubiese seguido la trayectoria que llevaba previo a la pandemia consistente con el marco macroeconómico de ese momento, la deuda pública consolidada hubiese sido aproximadamente de 58%. En ese sentido, más de la mitad del crecimiento de la relación Deuda/PIB durante el año 2020 se debe a la caída de la actividad económica.
Una vez las condiciones económicas se normalicen y el producto se recupere, el indicador Deuda/PIB irá mejorando de forma paulatina. Eventualmente, la sostenibilidad de la deuda quedará fortalecida con la implementación del pacto fiscal que será discutido en el presente año, que incluiría la revisión de las exenciones fiscales y el fortalecimiento de las recaudaciones para acompañar el proceso de racionalización del gasto que se está llevando a cabo.
Reflexiones finales
A pesar del entorno adverso que ha enfrentado la economía dominicana durante el transcurso del año 2020, las perspectivas para este nuevo año 2021 apuntan hacia un renovado optimismo, apoyado en sus fuertes fundamentos macroeconómicos y en su innegable capacidad de resiliencia. La visión positiva de los mercados en la economía dominicana se comprueba también en las exitosas colocaciones realizadas por el Ministerio de Hacienda de bonos globales a tasas históricamente bajas y plazos más favorables por montos de US$3,800 millones en septiembre del año pasado y US$2,500 millones en este mes de enero, así como por la operación de diciembre de manejo de pasivos externos que reduciría el servicio de la deuda en más de US$1,100 millones en los próximos cuatro años. Estas colocaciones reflejan la confianza de los inversionistas extranjeros en las políticas implementadas por la nueva administración del presidente Abinader y la capacidad de resiliencia de la economía dominicana.
Las condiciones financieras externas favorables, conjuntamente con las medidas expansivas adoptadas y las mejores previsiones en el entorno internacional ante el desarrollo de las nuevas vacunas contra el COVID-19, contribuirán para que la economía dominicana alcance un crecimiento interanual en torno a 6.0% en el presente año, logrando sobrepasar los puntos más críticos de la pandemia. De esta manera, República Dominicana sería el país de América Latina que más rápido recuperaría su nivel de ingreso per cápita previo a la pandemia, como ha afirmado el Fondo Monetario Internacional.
Dado que República Dominicana mantiene una posición geográfica privilegiada y que su infraestructura no se ha visto afectada sensiblemente en el mediano plazo por la crisis sanitaria, se debe esperar que, una vez se haya superado la pandemia, el crecimiento sostenido en el tiempo permita fortalecer los indicadores sociales, retomando así el camino hacia un desarrollo más inclusivo y de mayores oportunidades para todos los dominicanos y dominicanas.